El artículo de hoy no lo he escrito yo, ha salido de la pluma de El Cuevas. Es un lector con el que contacté después de una serie de comentarios en un post de hace meses. Como vi que sabía de esto y había vivido en primera persona los años de las antiguas Jams, le ofrecí escribir en el blog sobre el tema. Aceptó y me envío el texto que vais a leer a continuación:
Aprieto el cinturón de mis pantalones Tex (Pryca) de varias tallas más grandes, en el talle claramente las siglas de mi crew y mi nombre, que no se diga... me meto los cordones dentro de las zapas Converse React, les saco las lenguetas y les limpio el polvo ya que ayer salí a pintar, me enfundo la sudadera Nike impoluta, me calo la gorra de los Chicago Bulls cual corona y me cuelgo mi inseparable mochila con rotuladores y chaqueta, no sabes hasta cuanto se va a alargar la noche. Hoy he quedado con mi Crew, mi banda, mi peña, mi pandilla o como lo queráis llamar. Somos uno, vamos a una fiesta donde “cantan” esa música que oía con ecos ahí dónde vivía y que, por medio de un familiar me fue comiendo por dentro hasta que se apoderó de mí. Esa fiesta es una Jam, va un grupo al que hace un tiempo teníamos ganas de ver en directo entre 5 grupos más, su maqueta lleva muy poco tiempo rulando por Barcelona y aunque no acaban de ser mi estilo y pese a que no suenan como las cintas de los americanos esos, tienen algo que engancha, suena real, fluye, no ametrallan con palabras sueltas para competir a ver quien es más rápido como midiéndoselas encima de una mesa. La cinta de esa gente ya me la han ofrecido varias veces, parece que lo están petando. Ya tenía Esplendor en la yerba y La Comunidad Del Guisante bien quemados en el Aiwa mientras Floriver Neas y Madrid Zona Bruta estaban haciendo estragos en él. Un grupo no tiene el respeto total de una zona hasta que no lo petan en un directo, todo el mundo lo sabe.
Comemos bus y saltamos metro entre risas, pintadas, batallitas, intercambios de cintas y carreras delante de seguratas, hoy no hay drama si no se presenta, lo dejamos para mañana. En la cola se oyen los bombos, ya lo sabes: el DJ ha empezado a calentar la sala, joder, se intuye Cypress Hill y Wu-Tang, con suerte ponen a Snoop Doggy Dogg, Ice Cube y EPMD antes de que se le salgan las correas a los putos platos (cuando mejor es la sesión, más posibilidades hay), acábate la litrona rápido que me estoy engorilando con la música.
Antes de hacerlo, sabes que es mágico subir por las escaleras de la sala, es como subir a otra dimensión, a la dimensión a la que perteneces, a ese club semi-privado en el que ya no se habla en la televisión ni se escucha en la radio común (hola radio Pirata) y solo se puede saber de él mediante tiendas, fanzines, colegas y fiestas, es decir, no mucho más que el boca a boca. Quién iba a pensar en la masificación de información del futuro y a quien le importaba, vamos a pasarlo bien, tenemos que dejar las mochilas, menos mal que nos hemos metido los rotuladores de laca bombilla (hecho con una barra de pegamento Kores) en los huevos para que el gorila bakalero de la entrada no nos los quite, vamos rápido que no ha dado tiempo de hacernos el primer peta de la velada, eso ya dentro se verá.
Entre la “masa” (más bien masilla), muchas caras conocidas, pocas nuevas y algunas desencajadas, pero todas entre humo, mucho humo. Entre las conocidas, los de siempre, casi ya sabes en qué está metido cada uno, en que banda está cada uno, quién pinta, quién baila, quién rapea, quién te debe una explicación y quién no debería estar allí. Entre las nuevas está algún grupillo de chavales muy jóvenes más perdido que un billete de 1000 pelas en las manos de Tamariz y otros que han venido de otra zona a los que ya se les ve las fiestas encima, saludos a los veteranos de turno, se respira respeto, estamos en zona de fiesta. Los de las caras desencajadas hace media hora pertenecían a alguno de los 2 grupos anteriores.
A la izquierda peña pintándose unas piezas en unas sábanas colgadas, en el centro el DJ concentrado en su maleta de vinilos y en que nadie se acerque demasiado con una birra que arruine la velada, fichamos a unas tías de buen ver (cada vez son más comunes por estos sitios y esperamos que más en un futuro), a la derecha la barra... ¡coño! Está Ose vendiendo sus maquetas, ese chaval se lo curra, la ultima vez que hablé con él estuvimos un rato charlando en la mini-Jam de aquel local okupa (casi ninguna sala esta dispuesta a organizar conciertos de ésta calaña), se le ve que controla, me regaló una maqueta y aunque no es mi estilo la verdad que suena aplastante y serio (como anécdota, el primer tío que he visto que se lleva a su madre y creo que a su hermana a los conciertos, ¡qué puntazo!). A muchos te los encuentras vendiendo sus maquetas, a otros pocos dando flyers de alguna after-party en alguna casa, algún local okupa o un descampado cerca de la playa, otros vendiendo coca (y a algunos los conocéis) y otros con el chocolate, las manzanas y las bombas, voy a mear que tengo que dejar una firma en el meódromo, a ver si ya no va a quedar sitio para pintar....
En ese momento ya se estaba calentando la pista, los grupos de breakers, inconfundibles por las prendas, ya llevaban un rato deslizándose encima de un cuadrado de vinilo sacado de cualquier obra y poniéndose el suelo por montera, suena The Message y se desata la locura, todos saltamos en torno a esa gente, como ahora venga Rapper's Delight o Jump on It, nos matan... 3 bailes más y la competi se ha acabado, da gusto ver como los B-Boys contemplan esos temas en los sets.
Mierda, ¡a proteger la birra! hay unos liándose a ostias por una antigua pieza pisada en cualquier calle, se arregla así, ya sabías que hay que pedir permiso antes de pintar encima, ahora apechuga por rata. Entre empujones, amenazas, “hazte otro” y ”dame un trago”, su fiesta de las tortas tiene que acabar en la calle, sabemos quienes son y que pasó. Nos da igual como al 95% de la gente restante, a lo nuestro.
Sale el DJ, seguramente tiene que ir a cambiarse el brazo de tanto scratch y cortes... madre mía, qué festival de beat juggling. Se ha ganado la birra y el cielo. Empieza el concierto, a eso hemos venido, lo de antes estaba bien, ahora toca darlo todo. A los primeros de la tarde nadie los conoce, pero parece que ha venido alguien de su barrio, un saludo para esa gente, parecen que traen algo nuevo y se les ve con ganas aunque les falta rodaje, ya veremos si los vemos más adelante, esa es la prueba de fuego. Entre grupo mediocre, malo, bueno y nombres con “h” intercalada (que tostones con poner las putas “h” a tu nombre o al del grupo) van pasando las horas, y llega el grupo que hemos venido a ver, el que va a hacer que mañana tengas que limpiar las zapatillas a fondo y el que maldecirás con el dolor de pies por saltar; sangre sudor y lágrimas entre pogos, letras coreadas, y substancias. Aquí ya da igual si la birra esta en la mano o en la camiseta, llega el clímax de la noche. Sabemos que luego hay micro abierto (seguro que algún colega se anima si se mantiene en pie), DJ para echarnos de la sala y after party en algún sitio, o eso pone en un papel arrugado con la tinta corrida del bolsillo. Pero no sabemos si nuestros cuerpos aguantarán. Lo que si sabemos es que la fiesta continúa en la calle a corrillos y a la próxima nos apuntamos.
Buenísimo
ResponderEliminarmuy agradable de leer, se agradece!
ResponderEliminarque digan quienes vendian coca! jajaja
Buenas, soy El Cuevas, si, me tengo que crear una cuenta, soy un caso... Me alegro que os gustara la verdad que no me lo esperaba, gracias por hacer el esfuerzo de leerlo, ahora lo veo y es un autentico tocho :)
ResponderEliminarPor cierto, sobre el tema que quién vendia coca, os responde Yako Muñoz: http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=ygp-KFPIp8c#t=145s
Jajajaja... son costumbres, por cierto... quien quiera saberlo hay muchas pistas, de Barcelona, lleva un tiempo en la movida y ha hablado mucho sobre el tema en sus canciones ;)
Saludos!
De vuelta, he leido en el twitter que si no me mojo, que si tal que si cual... no me vais a picar, la verdad... no tengo problemas en dar opiniones con nombres y decir lo que me parece sobre cualquiera siendo consecuente con mis palabras.
ResponderEliminarSé que en internet la gente está acostumbrada a ser unas marujas chivatas, pero lo que nunca voy a hacer es hablar de gente a la que respeto (estas últimas palabras habría que subrayarlas)de la manera que se gana la vida como puede/quiere, yo lo he visto igual que lo vieron muchos; creia que en la situación y época mucha gente había situado a esa persona rápidamente, siempre a modo de anécdota.
Pensad lo que queráis, pero soy un tio leal y de principios, cosa que el anonimato no me quita.
Saludos!
Como diría Sicario: Tu lo que ere e un chivato!!!!!!!!
ResponderEliminarme ha gustado bastante la forma en que describe la historia, me ha hecho volver a aquellos dias en lo que lo unico que importaba era el concierto en si mismo, sin meterse en jaleos de mochilas flashys y demas mierdas.
ResponderEliminaruna vez mas, jodida nostalgia