Viaje alucinógeno

La llanura castellana se abría inmensa ante mí. Un calor espeso me acariciaba la cara con rudeza. Lo único que se oía era el canto de las cigarras. Por fin estaba solo, lo necesitaba. Quería evasión, olvidarme completamente de todas mis mierdas un rato. Por eso estaba allí. Ya habían transcurrido unos minutos desde que había tomado esa potente droga alucinógena. El que me la dio me dijo que venía de no sé qué selva americana. Que la tomara en un sitio seguro acompañado de un buen amigo que no la hubiera ingerido. Únicamente estaba cumpliendo el primer requisito.

Eché a andar. Empezaba a impacientarme, porque no notaba ningún efecto. "Como me hayan tangado, me cago en la puta..." pensé. De repente un extraño sonido invadió mis oídos. Parecía una risa, y me resultaba familiar. Miré al cielo. "¡¡¡Que hostias!!!" El sol llevaba gafas de pasta y me sonreía. Era la cara de Wiz Khalifa. Alargó un gran brazo luminoso hacia a mí y dijo: "Toma, hijo". Me había pasado un porro de maría. En cuanto le di una calada el canuto empezó a crecer en mi mano a toda velocidad. Lo solté asustado y observé  cómo se convertía en un árbol que clavaba las raíces en el suelo. Un manzano enorme. Me quedé mirándolo embobado. Algo se movía entre sus ramas. Creí que era un mono, hasta que me percaté de que era una tía desnuda. La mujer saltó desde la rama más alta y aterrizó ante mí de manera grácil. La Mala Rodríguez. Sus pechos y sexo estaban cubiertos por hojas. Me tendió una manzana roja. Dudé un instante, porque visto lo ocurrido con el porro de Khalifa... pero finalmente la cogí y pegué un mordisco. Tenía un sabor increíble. Me la comí entera delante de La Mala, mientras ella hacía comentarios absurdos fuera de contexto. Cuando terminé de engullirla, noté como mis pies se levantaban lentamente del suelo. Estaba flotando. Me elevaba cada vez más alto, y no podía controlar mi rumbo. Era como si me hubiera convertido en un globo humano. La Mala agitaba su mano desde abajo en señal de despedida. 

Volaba sin dirección fija. Transcurrido un tiempo, mi cuerpo comenzó a descender. Caí bruscamente golpeándome contra el suelo, pero no me hice daño. Me encontraba al lado de un arroyo. Seguí su cauce hasta que me topé con una imagen estremecedora: Hugo Chávez, Fidel Castro y Evo Morales situados en la orilla mientras Los Chikos del maíz y Pablo Hasel les chupaban las pollas. Una nausea invadió mi estómago y salí corriendo de allí. Cuando estuve lo suficientemente lejos paré y vomité. Al incorporarme, mi vómito comenzó a transformarse. Cogió forma de dos figuras humanas. Terminada la metamorfosis, aprecié la apariencia definitiva de éstas, que resultó ser la de los dos integrantes de Duo Kie. Les dio por perseguirme entre incesantes "¡Fuck yeah!, ¡fuck yeah!, ¡fuck yeah!".

Me puse a correr con todas mis fuerzas. Miré hacia atrás para comprobar cuanta distancia les sacaba, y al volver a girar la cabeza hacia delante me golpeé con algo que me paró en seco. Tirado en el suelo, dirigí mi vista a lo alto para encontrar a un negro obeso que sujetaba una pistola en la mano. Biggie. Miraba fijamente a los Duo Kie, que se habían detenido y observaban a Notorio con miedo. Me di cuenta de que al lado del gordo estaba 2Pac. El de Brooklyn apuntó a los madrileños con el arma, y yo me quité de en medio a gatas. A una distancia prudencial, seguí observando la escena. Lokus y Nervioso permanecían con las manos en alto mientras Biggie dirigía la pistola hacia ellos y 2Pac les miraba  desafiante de brazos cruzados. Tras unos segundos de tenso silencio, B.I.G. disparó sin piedad contra la pareja. Pac le quitó la pistola de la mano y los remató sádicamente con unas cuantas balas más. Seguidamente se dirigió hacia su colega y comenzaron a charlar, pasando olímpicamente de mí. Decidí escapar de allí al trote.

Perdí de vista el arroyo. Ahora caminaba sobre un desierto de asfalto que parecía no tener fin. El sonido de un galope lejano inundó el ambiente. Un jinete apareció en el horizonte, avanzando hacia mí rápidamente. Era D.Gómez vestido de jugador de polo, portando un largo stick y cabalgando un elegante corcel negro. Paró a mi lado y dijo: "Sube, pirri". Monté. Cabalgamos hasta dejar atrás el desierto de asfalto. Nos adentramos en una ciudad de altos edificios. No había tráfico ni transeúntes. Lo único que se escuchaba eran los pasos del caballo. En un cruce hizo aparición un coche de policía. Al verlo, Gómez soltó: "Pos son los guardias". Levantó el brazo para saludar al conductor entre carcajadas:"Holaaaa. Aajejejeaajeje". A continuación me tiró del caballo y antes de huir me dijo: "¡A vacilar! Swing, Negrata, swing".



El coche se detuvo junto a mí. La ventanilla bajó y vi que el que conducía era El Chojín, con uniforme de guardia civil. Axel Foley iba de copiloto. "Hola, estimable B-Boy. ¿Está cumpliendo las normas de nuestra gran cultura urbana Hip Hop y sus 397 elementos?" dijo Chojín mirándome fijamente a los ojos. Foley se río con ganas. "No... no sé", respondí, confuso. Chojín se recostó en el asiento, pensativo. El copiloto no dejaba de mirar al MC, soltando alguna que otra risita. "Si no está seguro, es mejor que nos acompañe", concluyó Chojín. Al decir esto, la puerta trasera del coche se abrió sola y una especie de fuerza gravitatoria me arrastró violentamente al interior del vehículo. Todo se volvió oscuro.

La peste a humo de puro me despertó. Estaba en un cuarto de luz tenue. En medio de la habitación había una mesa en la que cuatro personas jugaban al poker. Me acerqué a mirar y me di cuenta de que eran Phil Ivey, Tom Dwan, Patrik Antonious y Jason Mercier. Antes de que pudiera decir algo, una voz tras de mí gritó: "¡Chico, al fin te has despertado!". Giré y vi a Tony Soprano sonriéndome con un puro entre los dientes. Hacía gestos para que le siguiera: "Ven, hombre, ven. Te hemos librado de esos polis, ¿es que no te acuerdas? Da igual, tú ven conmigo, tienes que ver esto". Me pasó el brazo por los hombros a la vez que entrábamos por una puerta que daba lugar a un largo pasillo alumbrado con cientos de velas. "Debes de tener la edad de mi hijo... pero seguro que no eres tan gilipollas como él". Caminamos un rato, hasta llegar a una gran puerta que Tony abrió de una patada. La luz del exterior me cegó momentáneamente. Estábamos en el paseo marítimo de Atlantic City, parecían los años veinte. En el suelo de madera yacía Tony Montana, con muestras de haber sido duramente apalizado. A su alrededor estaban Vito Corleone, Frank Lucas, Celedonio, Primer Dan y Phat Pepe. Soprano señaló con el dedo a Montana: "¡Mira, mira! Este hijoputa es muy arrogante. Nos ha intentado joder, y mírale ahora. Te lo he dejado a punto". Me pasó un pequeño revolver. "Acaba con él, chico". Miré la cara de Montana, cubierta de un gesto de ira y desprecio. Me temblaba la mano, no era capaz de matarlo. "¿Qué coño haces? Dispara, joder" me instaba Soprano. "Eres un mierdas, no tienes calle. No eres G" intervino Primer Dan. "Placa-placa-placa-placo. Terrible" soltó Celedonio. "No todos los gangsters son unos hijos de puta" remató Phat Pepe. "Maldita sea, me has decepcionado, chico. ¡Vete a tomar por culo de aquí!" me increpó Tony Soprano a la vez que me daba una patada que me lanzó por los aires.

El paseo marítimo se convirtió en una pequeña mancha en el suelo mientras yo ascendía por el patadón recibido. En cuestión de segundos comenzó el descenso. Apareció C.Tangana a mi lado, gritando: "¡¡¿Dónde están mis alas?!!" y cayendo a una velocidad mayor que la mía, dejándome atrás. Finalmente aterricé sobre un montón de paja que amortiguó el golpe. Observé el paisaje que me rodeaba: una enorme campa verde atravesada por un camino de baldosas amarillas, sobre el que yo me encontraba. Caminé y vi a Yako Muñoz acercarse de frente. Le seguía un numeroso grupo de mujeres, que le agarraban y manoseaban continuamente. Yako se desprendía de ellas como podía mientras cantaba. Pasó a mi lado y me saludo: "Waddup, playboooy". De pronto Jordan Donaire apareció y dijo, dirigiéndose a las mujeres que atosigaban a Yako: "Guapas, tías buenas, preciosas". Al escuchar esto, todas las féminas dejaron a Muñoz de lado y se fueron con Donaire, que emprendió el camino en dirección opuesta a la mía. Yako me miró con una mueca de resignación y se fue, sin dejar de cantar.

El camino de baldosas amarillas terminó de golpe dejando paso a un extraño suelo de barro azul. Homer Simpson se revolcaba en él mientras metía pinturillas de colores por su nariz. Los integrantes de Rapvívoros le acompañaban en dicha tarea entre risas. Uno de ellos se metió dos pinturillas a la vez, una por cada orificio nasal. Aceleré el paso para perderles de vista. Después de un breve vagar vislumbré una gran turba de gente a lo lejos. Gritaban algo al unísono. Delante de ella dos hombres cogidos de la mano corrían despavoridos. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, comprobé que eran Nach y Sinoflow. "¡Socorro! ¡Ayuda, por favor!" gritaba Nacho, y su voz era la de Boris Izaguirre. "Nos persiguen, ¡ayúdanos, joven!". La muchedumbre se acercó y escuché con claridad lo que gritaban: "¡No homo, no homo!". Eran miles de rastafaris y raperos. En la primera fila distinguí a Morodo y en la segunda creí ver a Joanarman vestido de cura. Un armario cayó del cielo delante del tropel homófobo. Las puertas de éste se abrieron y de su interior salió Forrest Gump llevando a hombros a Frank Ocean. El cantante abrió la boca y un fino arco iris salió de ella, mientras comenzaba a sonar una bella melodía. El arco iris envolvió a la muchedumbre y ésta se convirtió en un inmenso grupo de mariposas que echaron a volar.

Ya no estaba ahí. Me encontraba en otro lugar muy distinto. Un bosque formado por cañas de bambú. Todas danzaban al son de un viento suave. Caminé tranquilo por el paraje mientras sonaban instrumentales de David Unison. Mi mente se relajó y me sentí libre. Creí haber encontrado algo parecido a la paz interior mientras escuchaba el beat de Permanent vacation y observaba el movimiento del bambú. Pero la música y mi pequeño nirvana cesaron cuando vi a dos hombres junto a una caña enorme: Chirie Vegas y Tote King. Éste último llevaba unas gafas de sol exageradamente grandes, que le cubrían toda la frente y sobresalían por los costados de la cabeza."CQC es una basura, tío, pero una mierda que flipas" dijo Chirie dirigiéndose al Tote. Algo me tocó la espalda por detrás, y me giré sobresaltado. Era Elphomega, que se quitó las gafas y me las puso preguntando: "¿Serán las gafas?". Al mirar a través de los lentes del malagueño me entró un pequeño mareo, y de seguido comencé a ver diversas escenas: Juan Solo y Griffi bailando desenfrenadamente en un parque rodeados de raperos que movían la cabeza arriba y abajo; Kase.O dormido en medio de un estadio colosal mientras miles de personas en la grada lo observaban en silencio; Drake dando un discurso en el cual los asistentes eran niños pequeños que abandonaban el lugar para escuchar otra charla, la de Kendrick Lamar. A medida que se acercaban al segundo discurso crecían progresivamente, alcanzando la fase adulta cuando llegaban cerca de Lamar.

Me quité las gafas. Mi entorno había cambiado de nuevo. Estaba en Portugalete, en la pasarela del puente colgante. El puente parecía derretirse, la pintura roja caía en forma de gruesas gotas sobre el Nervión. Parecía sangrar. Había alguien sentado en el borde del cable superior. Elsso Rodríguez. Me acerqué y de un salto pude llegar al cable para sentarme a su lado. Me miró y dijo: "Me suda toda la cara". Al acabar la frase, el tiempo se ralentizó, y observé con detalle cómo una gota de sudor nacida en la frente de Elsso caía lentamente hasta fundirse con el agua que había unos metros más abajo. Después se formó una inmensa ola que se puso a nuestra altura y nos engulló.

Abrí los ojos en la orilla de una extraña playa. En vez de arena tenía un suelo liso, blando y marrón. Sin ningún tipo de irregularidad, sin piedras. A lo lejos se avistaban dos montañas de altura similar que estaban muy cerca la una de la otra. Me incorporé. Ya no veía en primera persona. Me veía a mí mismo como con los ojos de otro, obteniendo una visión más amplia de la situación. Vi cómo andaba en dirección a las montañas. Al cabo de unos pasos dados, el suelo comenzó a temblar. La superficie se movió bruscamente y yo caí al agua. Chapoteé mientras el suelo de la playa emergía del mar y se colocaba de manera vertical. Ahora observaba a una gigantesca mujer de pies frente a mí. Era Nicki Minaj. La playa resultó ser un trozo de su muslo, y las montañas sus enormes nalgas. Ni siquiera se había dado cuenta de mi presencia, yo era del tamaño de una hormiga para ella. Nadé con ahínco para alejarme de allí. Cuando ya creía estar lo suficientemente lejos, noté como la luz del sol desaparecía a mi alrededor. Miré hacia atrás y vi como el inmenso cuerpo de Nicki se abalanzaba sobre mí.

Estaba en una especie de limbo. No había nada alrededor, todo era blanco. Abrí los ojos. Ahora estaba tirado en un suelo duro, me dolía todo el cuerpo. Me sentía tremendamente cansado. Intenté levantarme, pero no pude. Con los ojos entreabiertos, vi que alguien se acercaba. Era un hombre escuálido con el pelo muy largo. "¡Eh, eh! ¿¡Qué, qué!?. Sí, tú. El que está ahí tirado. ¿Tú qué, eh? ¿Tú eres un pijo de mierda? ¿un tonto la polla?" dijo El Coleta. "No..." respondí debilmente. "Pues levántate, coño, que parece que tienes los cojones postizos". Con un esfuerzo que me pareció sobrehumano, me puse en pie. El Coleta ya no estaba allí. Me encontraba en un parking de gran tamaño, vacío. Miré a un costado y me encontré con las miradas de Mucho Muchacho y Dive Dibosso, que me observaban junto a un Lamborghini Gallardo amarillo. Un grupo de chicas en bikini estaban limpiando el coche, y una de ellas tenía la cara del Shotta. Mucho sonrió y me dijo: "Sube en mi nave espacial". Me acerqué a ellos, pero ya no estaban. Ahora veía un pequeño platillo volante que transportaba a Erik Urano y Zar1. Me subí y despegamos. La instrumental de UFO llenaba el ambiente. Ascendimos hasta ver el Planeta Tierra desde las alturas. Un Birdman gigante lo hacía girar con las manos mientras flotaba en el espacio. Detrás de él estaba Jay-Z, que le daba latigazos para que cumpliera esta tarea. Sobre ellos y el planeta llovían millones de billetes. El platillo seguía volando y los pasajeros admirábamos las espectaculares galaxias multicolores. Pasamos a poca velocidad al lado de una pequeña luna. "Baja, prim" me dijo Erik. Salté al satélite. Kid Cudi estaba allí para recibirme. "Hola, amigo" dijo. "Hola, Cudi" respondí. "¿Te gusta este sitio?" me preguntó abriendo los brazos y girando sobre sí mismo. "Sí, es increíble", le contesté. Cudi señaló hacia lo alto. "Mira, ese es El Creador". Miré hacia donde señalaba y vi un hueco de luz en la inmensa oscuridad, en el que un gigantesco hombre flotaba mientras manipulaba vinilos. Era J Dilla. Estuvimos observándole un rato, hasta que uno de los vinilos se le resbaló de la mano y cayó encima nuestro.

Me desperté. Estaba en mi cama, al parecer todo había sido un sueño. Me volví a tumbar, pero el corazón me dio un vuelco al ver que Antonio Resines estaba a mi lado. Me miró y comenzó a rapear de manera estridente.

Volví a despertarme. Estaba tirado en medio de la plaza de un pequeño pueblo rural. Un anciano me miraba desde un banco, apoyado en su bastón. Me puse en pie. La cabeza me dolía muchísimo, y tenía pequeñas heridas en piernas y brazos. Aquello era la realidad, sin duda. Joder, vaya viaje alucinógeno. Buena mierda.